Hay desprendidos que se enriquecen y tacaños que se
empobrecen. Quien es generoso prosperará, a quien ofrece de beber no le faltará
agua. Proverbios
11:24-25 BLP.
La dadivosidad nos lleva a disfrutar de una relación
más saludable con lo que poseemos y con el mundo material en que vivimos.
Aunque nos gusta ganar dinero, también gozamos de otras cosas, entre ellas el
amor de nuestra familia, el sentido de pertenencia a la comunidad y de
trascendencia, la satisfacción de alcanzar nuestras metas, de contribuir y de
servir. Nos agrada influir positivamente en la vida de otras personas. El
asunto es cómo mantener un equilibrio y una perspectiva adecuados. ¿Cómo
podemos cubrir bien nuestras necesidades elementales de alimentación, techo,
educación y salud, y a la vez dar sentido a nuestra vida? ¿Cómo podemos hacer
para no preocuparnos tanto de cosas que en última instancia no nos satisfacen y
cultivar más bien aquellas que sí nos gratifican? La práctica intencional de la
generosidad contribuye a darnos una buena escala de prioridades.
La dadivosidad es un reflejo de la naturaleza divina.
Damos porque hemos sido formados a imagen y semejanza de Dios, cuya naturaleza
esencial es generosa. Fuimos creados con la impronta de la naturaleza divina en
el alma. Estamos hechos para ser sociables y compasivos, vincularnos
afectivamente, amarnos unos a otros y ser generosos. La esplendidez de Dios es
parte inherente de nuestra naturaleza. Así y todo, caemos en la ansiedad y el
temor, influidos por una cultura que nos lleva a creer que nunca tenemos
suficiente. Dios envió a Jesucristo para reconciliarnos consigo mismo y con
nuestra sencillez original. Al adoptar ese «sentir que hubo también en Cristo
Jesús» Filipenses 2:5, nos liberamos. Crecer en la gracia de la dadivosidad es
parte del peregrinaje cristiano por la vida, en respuesta al llamado de Dios a
dejar huella en este mundo. La generosidad agranda nuestra alma, ajusta nuestro
orden de prioridades, comunica a las personas con el cuerpo de Cristo y
fortalece las congregaciones de modo que cumplan la misión que les ha dado
Cristo. Robert Schnase.
Escuche esta bella canción: NO LO HAGO YO
En algún momento, todos nos sentimos como pecadores,
espiritualmente repugnantes. Ninguno de nosotros consideramos que nos merecemos
el amor del Señor. Y si andamos por vista en vez de por fe, si nos guiamos por
cómo nos sentimos en vez de confiar en la Palabra de Dios, es natural que no
comprendamos cómo nos puede amar el Señor o cómo puede querernos.
Es innegable que todos somos pecadores, que estamos
sucios. Sin embargo, cuando Dios nos mira, no ve nuestros pecados. Él es
perfecto y no tolera el pecado, pero cuando nos mira, Él ve a Jesús. «Nuestra
vida está escondida con Cristo en Dios. Con Cristo estamos juntamente
crucificados, y ya no vivimos nosotros, mas vive Cristo en nosotros» Colosenses
3:3 y Galatas 2:20. Jesús es nuestro mediador. Quien nos lleva a Dios es Jesús.
Nosotros somos demasiado imperfectos, demasiado malos, demasiado pecadores, de
eso no hay duda, ¡pero para Jesús nunca podemos ser demasiado pecadores!
Jesús pagó el precio; cargó con toda nuestra
inmundicia, imperfecciones y pecados. A los ojos de Dios, todos somos impuros.
Por lo que respecta a nuestra salvación, da igual que seamos más pecadores o
menos pecadores que algún otro. A los que hemos sido salvados por la sangre de
Jesús, Dios nos ha perdonado —tanto los pecados pasados como los presentes y
los futuros— y no ve otra cosa que la justicia de Jesús...
Leer todo el articulo: GRACIA REDENTORA
Escuche esta bella cancion: ASOMBROSA GRACIA
LA COMUNICACION EFICIENTE EMPIEZA AQUI
La psicología moderna nos dice que a fin de llegar a
la edad adulta psicológicamente necesitamos la comprensión de alguien
importante para nosotros que nos ame. Así pues, en cierto modo el que Dios
nos ame significa que Él se ha tomado el trabajo de entendernos al prestar
atención a nuestra experiencia humana por medio de un hombre como nosotros:
nuestro Señor Jesús.
Los que practican el prestar oídos descubren que es
uno de los factores más decisivos y que más influyen en las relaciones humanas.
Es una fuerza magnética y creadora. De hecho, los que nos escuchan son
precisamente aquellos por quienes tenemos inclinación. El que seamos escuchados
nos crea, hace que nos desarrollemos más. Las ideas empiezan a brotar y a
cobrar vida en nuestro interior. Lo mismo sucede cuando oímos con atención a
otros, sin criticar. Escuchar nos recarga de modo que nunca nos cansemos unos
de otros. Somos recreados.
Escuche esta bella cancion: QUIERO REIR, QUIERO AMAR, QUIERO VIVIR
LOS TRIUNFADORES NUNCA SE RINDEN Y LOS QUE RINDEN NUNCAN GANAN
Cuando todo se pone difícil, hay que pelear con más pujanza en el espíritu. Si lo haces y no te rindes, ganarás y obtendrás victorias mayores.
El ejemplo del capitán de navío del siglo VIII John
Paul Jones es aleccionador. En una de las batallas en que tomó parte, su nave
se hallaba a punto de zozobrar, su tripulación estaba diezmada y encima, tenía
un brazo desgarrado. Ante tan calamitosa situación, el enemigo le preguntó si
estaba dispuesto a rendirse. Jones respondió a voces: «¡No, maldita sea! ¡Ni
siquiera hemos empezado a pelear!» Con ese ímpetu continuó luchando sin cejar
hasta que ganó la batalla.
Es posible que ni siquiera hayas empezado a luchar
contra nuestro proverbial enemigo, el Diablo. Quizá «no has resistido aún hasta
la sangre, combatiendo contra el pecado» (Hebreos 12:4), como hizo Jesús.
Aunque le costó la vida, ¡escasos tres días más tarde resucitó triunfante de la
tumba!
Así que «no te canses de hacer el bien, porque a su
tiempo segarás, si no desmayas» (Gálatas 6:9). «Sufre penalidades como buen
soldado de Jesucristo, a fin de agradar a Aquel que te tomó por soldado»
(2Timoteo 2:3-4). Pelea la buena batalla, guarda la fe y acaba la carrera; en
premio, Jesús te otorgará una corona de vida (1Timoteo 6:12; 2Timoteo 4:7,8;
Apocalipsis 2:10).
Escuche esta bella cancion: LUCHA Y VENCERAS
RATOS PROVECHOSOS CON JESUS
Palabras de Jesús
(Nota de María Fontaine: Estos son fragmentos de
mensajes recibidos en profecía con consejos y asesoramiento acerca de cómo
mantener la parte más importante de nuestra vida y mejorar en ello: nuestra
relación con nuestro Esposo —Jesus...
EL SECRETO
Pasar un tiempo provechoso conmigo, en forma
constante, es clave para muchas otras cosas en la vida. Es la clave de la
productividad. Es la clave de la sabiduría. Es la clave de que tus obras permanezcan.
Es la clave de Mi bendición. Es la clave para llevar una vida equilibrada. Es
la clave de la felicidad. Es la clave para tener relaciones amorosas y
fructíferas con los compañeros de trabajo y seres queridos.
Cuando me das a Mí el primer lugar, todo lo demás se
pondrá en su sitio. : «Los que buscan al Señor no tendrán falta de ningún bien»
Salmos 34:10. «Buscad primeramente el Reino de Dios y Su justicia, y todas
estas cosas os serán añadidas» San Mateo 6:33.
Bebe profusamente de Mi Palabra a medida que me das el
primer lugar cada día. Jamás perderás si me entregas lo mejor que tienes. Los
ratos que me dedicas al leer la Palabra es como el diezmo que me das de la
totalidad del tiempo, y eso fortalece tu vida espiritual y hace que lleguen
bendiciones a tu vida.
No se puede sobrevalorar el tiempo que dedicas a la
lectura de Mi Palabra.
Escuche esta bella cancion: A QUIEN TENGO YO EN LOS CIELOS
Hugo asesorando espiritualmente
a Mildred y compartiendo nuestra Revista Conéctate
No se pierda el último número de la Revista Conéctate: Y tú, ¿ya te conectaste?
¡Con mucho amor y oraciones!
Hugo, Elizabeth, Nathan y Esther
Ministerio Luz Celestial, San José – Costa Rica