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martes, 16 de septiembre de 2014

¿Te conmueve cómo está el mundo?

¿Recuerdas cómo te sentías cuando estabas solo y perdido sin Jesús y pensabas que no había amor ni esperanza? Eso debería conmoverte e impulsarte a orar y a hacer todo lo posible por darles a conocer a los demás el remedio para su soledad y sus otros problemas: Jesús y Su amor.
Debes escuchar el clamor del mundo. Amar es llorar con los que lloran, sufrir con los que sufren y sentir la angustia con la que viven los que tienen el corazón destrozado. Jesús lloró al ver a la multitud. Estaba cansado, pero al ver la muchedumbre se llenó de compasión. Tuvo lástima de la gente, sintió que tenía que hacer algo, que tenía que ayudar (Marcos 6:31-34).

(Oración:) Jesús, ayúdanos a cumplir Tus expectativas y a ser una bendición para todas las personas solitarias, desesperadas y desamparadas que necesitan Tu cariño. Tu salvación trae alegría y amor; es como un bálsamo curativo que limpia todo corazón. Muéstranos cómo podemos comunicarles Tu precioso amor y las buenas nuevas de la felicidad y el amor que son para siempre. Conmuévenos, haznos más tiernos y compasivos. Que anhelemos ayudar a los demás, animarlos y acercarlos a Ti para que Tú los levantes y los sanes. Amén.



¡CÓMO INFLUIR EN LOS DEMÁS!
Cómo animar a las personas a hablar de sí mismas:
Conseguir que una persona hable de sí misma es lo más fácil del mundo. Basta con hacer unas cuantas preguntas, mostrar verda­dero interés y escuchar, y aprenderás mucho.
Cierta muchacha aconseja: "Muchas chicas piensan que para tener éxito entre los chicos y que las inviten mucho a salir con ellos tienen que hacer todo lo que ellos quieran. Pero eso no es cierto, ni mucho menos. En mi casa el teléfono no para de sonar y me invitan mucho más a salir de lo que puedo aceptar. ¿Que cuál es mi secreto? En realidad es muy sencillo. Lo único que tengo que decirle a un chico es: '¡Háblame más de ti!' ¡Y lo hace, y le encanta!"
¡Haz que la otra persona se sienta importante, y hazlo con sinceridad!
"Estoy orgulloso de ti" son cuatro de las más valiosas palabras que podemos decir para que alguien se sienta importante. Las puedes emplear a cualquier hora del día con tu jefe, tus empleados, tus amigos, tu mari­do, tu mujer o tus hijos. Te parecerá que obran milagros.
"No he encontrado palabras mejores que decir a mis jugadores: '¡Estoy orgulloso de Uds.!'", dice Charlie Wright, entrenador de rugby de un colegio. "Cada vez que un mucha­cho hace una buena jugada o intercepta el balón, no basta con decirle: ‘Estupendo, Bill'. Pero si se le pone la mano en el hombre, se le mira directamente a los ojos y se le dice: '¡Estoy orgulloso de ti, Bill!', caray, se desvive por jugar bien para no dejarte en mal lugar."
Cinco puntos para que exista una buena comunicación:
          1) Interésate sinceramente en los demás.
          2) Aprende a escuchar.
          3) Anima a los demás a hablar de sí mismos.
          4) Habla de lo que le interesa y desea tu interlocutor.
          5) Haz que la otra persona se sienta importante, y hazlo con sinceridad.
Cómo hacer que los demás se sientan impor­tantes:
Dedícale por completo tu atención a la otra persona. Sacerdotes, asesores de nego­cios y dirección, criminalistas y asesores matrimoniales, han llegado unánimente a una misma y sencilla conclusión en esta técnica de tratar con las personas: que si de veras queremos lograr que respondan, tenemos que dominar la técnica de dedicar sinceramente toda nuestra atención a la otra persona.
Todos deseamos que nos presten atención. Queremos que escuchen nuestras ideas y opi­niones. En todos nosotros se haya presente el deseo de atención. Si no lo crees, per­mite que te pregunte si alguna vez te ha desairado un camarero arrogante, si te ha dejado parado en la esquina un conductor de bus o si un dependiente no te ha hecho el más mínimo caso.
Haz un esfuerzo especial por dedicarle atención a tu esposa. No es preciso que le envíes flores un día sí y otro no para demostrarle cuánto la aprecias. Conozco un matrimonio que hace ya casi 30 años que se casaron, ¡y sé sin ninguna duda que él no le hace ningún regalo a su mujer más que en su cumpleaños, en su aniversario y en Navidad!
"¿Cuál es tu secreto, Bill?", le pregun­té. "Es muy sencillo, Jim", me dijo. "Ante todo, le presto atención. Siempre le muestro con mi manera de actuar que sé que está presente. Después de tantos años, todavía le pido las cosas por favor y le doy las gra­cias. Y ella hace lo mismo; puede decirse que eso crea un respeto mutuo entre noso­tros. Y jamás me levanto de la mesa sin decirle: 'Gracias, mi amor. La comida estaba deliciosa', o: 'Gracias, querida. Eres una cocinera estupenda.'
"O bien, cada vez que nos cruzamos por la casa, extiendo la mano y acaricio tierna­mente la suya. O le llevo un vaso de agua cuando está sentada leyendo por la noche. O una taza de té por la tarde cuando está cosiendo o tejiendo. ¿Qué pasa si no tiene ganas? ¿O si no tiene sed? Es igual. La bebe de todos modos sólo para demostrar que apre­cia que le preste sinceramente toda mi aten­ción."
También da resultado con los niños. No hay que esforzarse mucho más de lo normal por dedicarles alguna atención especial también a los niños. Pídeles que jueguen contigo. Préstales atención. Mejorará toda tu vida en familia. Si lo haces, tus niños te querrán mucho. Y te sentirás mucho mejor con ellos. Una agradable partida de ping pong con tu hijo adolescente hará más por superar cualquier barrera generacional que ningún sermón que le des en privado.
Interésate sinceramente por los demás.
En este mundo no hay mejor manera de que las personas no quieran estar a nuestro lado que hablar constantemente de nosotros mismos y nuestros logros. Ni tu mejor amigo puede soportar que siempre le estés hablando sin parar de lo importante que eres. El mismo acabará por llegar al límite de su pacien­cia.
Si crees que puedes ganar amigos y comu­nicarte con los demás haciendo que se inte­resen en ti y en tus asuntos, entonces debo decirte con toda franqueza que te equivocas. La única manera en que puedes ganar amigos duraderos es interesándote verdaderamente por los demás y sus problemas.
El que no se interesa lo más mínimo por sus semejantes y sus problemas es el que siempre tiene más dificultades en la vida y termina perjudicando más a los demás. Esa persona siempre fracasará hasta que cambie su actitud fundamental hacia los demás. Si te encuentras metido en una rutina semejan­te, hay dos grandes pasos que puedes dar para salir de ella e interesarte de verdad por los demás:
          1) Olvídate por completo de ti mismo.
          2) Piensa que los demás son importantes.
Aprende a escuchar con todo el corazón
Sé que no hay manera más rápida de in­sultar a una persona o de herir sus senti­mientos que quitártela de encima o rechazar­la cuando trata de decirte algo. ¿Cuántas veces te ha pasado que estabas a medio con­tar una anécdota interesante y uno de los presentes te interrumpió o se puso a hablar de otro tema completamente diferente? Los niños también se sienten de la misma manera cuando sus padres los apartan a un lado, no les hacen caso o no prestan la menor aten­ción a sus problemas. Y si los niños se sienten de esa manera, ¿qué te hace pensar que las personas mayores no reaccionan del mismo modo?
Aprender a escuchar a la otra persona con todo el corazón supone dejar de lado tus propios intereses, lo que te agrada y tus propias preocupaciones, al menos temporal­mente. Significa que en esos instantes debes concentrarte al 100% en lo que dice la otra persona. Debes centrar toda tu atención en ella. Debes escucharla tan profunda y aten­tamente como seas capaz.
Aprende a interpretar lo que no se llega a decir
En muchos casos, uno se puede enterar de más por lo que no dice la otra persona que por lo que dice. Aprende, pues, a escuchar entre líneas. El simple hecho de que el otro no te haya dicho francamente que no quiere hacer las cosas a tu manera no significa que sí quiera hacerlas.
El que habla no siempre expresará en palabras todo lo que piensa. Presta atención a los cambios del tono o volumen de su voz. A veces percibirás un sentido que contrasta totalmente con el de las palabras que dice. Y presta atención también a la expresión de su cara, los gestos y los movimientos de su cuerpo. Saber escuchar bien y hacerlo con todo el corazón significa utilizar los ojos tanto como las orejas.
Ten paciencia con los demás
Una de las mejores maneras de tener paciencia es no criticar ni juzgar a la ligera. Siempre es mejor consultar con la almohada antes de expresar una opinión, sobre todo si ésta puede hacer estallar a la otra persona. Y en muchos casos, la pacien­cia consiste en esperar, observar, escuchar y permanecer callado hasta que la persona a la que estás observando tan de cerca halle la solución a su propio problema.
Tengo por norma no criticar jamás a otra persona sin necesidad. Ya tengo defectos propios de que preocuparme como para tener que hacer un inventario de los de otro. Sin embargo, permíteme indicar que mi vacilación para criticar no me impide que tome medidas disciplinarias constructivas cuando es nece­sario. No olvidemos que la disciplina no es más que otra forma de prestar atención.
Interésate
De nada sirve que le prestes atención a la otra persona si no te preocupas sincera­mente por ella, a menos que verdaderamente estés dispuesto a compartir sus penas y ayudarle a resolver sus problemas. Interesarse por el prójimo es la base sobre la que se cimentan todas las relaciones humanas profundas y duraderas.
Sé persistente
De todas las cualidades necesarias para poner en práctica los consejos anteriores, la persistencia es sin duda alguna una de las que más cuesta adquirir. Es fácil estar lleno de entusiasmo y persistir en un pro­yecto cuando todo va bien, ¡pero cuando las cosas empiezan a ir mal es mucho pedir!
Pero puedes aprovechar los fracasos y contratiempos para ayudarte a avanzar en el camino hacia el éxito si te niegas a darte por vencido. Es imposible alcanzar el éxito sin enfrentarse a la oposición, penalidades y contratiempos. Pero los libros de historia están llenos de anécdotas de fracasos transformados en éxitos. Como por ejemplo Tomás Edison, que invirtió más de 40.000 dólares en investigaciones y experimentos antes de inventar la primera bombilla. ¡Y eso fue en la década de 1870! ¡Imagínate cuánto dinero sería actualmente!
Persistir es la clave para hacer un éxito del fracaso, una victoria de la derro­ta. Una vez lo oí expresado de esta manera: "¡Persistir es cuando las manos y los pies siguen moviéndose aunque la cabeza diga que es imposible hacerlo!"

Con frecuencia muchos de nosotros nos olvidamos de expresar nuestra gratitud o de consolar a los que nos rodean. De la misma manera que debemos dar cuenta de toda palabra ociosa, habremos de dar cuenta de todo silencio ocioso.



Oración para hoy:
Gracias por la eficacia de la oración
Gracias por la eficacia de la oración. Te agradezco que pueda acudir a Ti en todo problema y situación que se presente con la plena confianza de que escucharás mis súplicas. Te agradezco también que pueda pedirte que cuides y protejas a mis padres, mis seres queridos, mis hijos, mis amigos y otras personas. Gracias, Señor, por concederme el don de ayudar a los demás por medio de la oración.
Te agradezco que veles por mí, me guardes y me guíes. Te agradezco que Tus ángeles custodios me protejan y me defiendan. Sé que a veces me proteges de tal manera que ni me entero de ello. Hay cosas que no llegan a suceder porque Tú las previenes. Te agradezco que me protejas y me guardes de muy diversos modos.
Gracias por ampararme. Tu dulzura y Tu misericordia significan tanto para mí. ¡Cuánto las aprecio! Gracias por el ejemplo que me has dado, por las respuestas a las incógnitas de la vida. Gracias por instruirme y por ayudarme a llevar una vida tan sana, feliz y maravillosa. ¡Cuántas bendiciones disfruto!


Visite el RINCÓN DE LOS DIRECTORES con el artículo:

Escuchar puede transformar una vida

Por Maria Fontaine


Aunque en Internet y en libros se encuentra bastante acerca de la importancia de escuchar, quise saber lo que Jesús diría con relación a ese tema, sobre todo porque está relacionado con nosotros, Sus seguidores. Somos Sus representantes y nuestro trabajo es reflejar Su naturaleza en un mundo donde hace mucha falta que se den ejemplos vivos del amor, cuidado y Espíritu de Dios. Esto es lo que Él tenía que decir:leer mas



Hugo, dando una clase bíblica a nuestra amiga Sra. Maria Elena, directora de la escuela - La Virgen de Sarapiquí.
600 revistas Conéctate distribuidas entre los familiares de los privados de libertad en la cárcel La Reforma – San Rafael de Alajuela


No se pierda el último número de la  Revista Conéctate: Y tú, ¿ya te conectaste?


¡Con mucho amor y oraciones!
Hugo y Elizabeth
Ministerio Luz Celestial, San José – Costa Rica

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