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domingo, 29 de septiembre de 2013

¿Café y un abrazo?

Tony Campolo, conocido sociólogo, orador y autor cristiano, relató un encuentro que tuvo mientras caminaba por el centro de Filadelfia:
«Noté que un vagabundo se acercaba a mí. De pies a cabeza estaba cubierto de suciedad y hollín. En la piel se veía mugre endurecida. Sin embargo, lo que más se notaba era la barba; le llegaba casi a la cintura y en ella tenía alimento descompuesto. El vagabundo sostenía una taza de café de McDonald’s; la tapa de la taza tenía las manchas de su boca sucia. Caminó hacia mí tambaleándose; parecía tener la mirada fija en su taza de café.
»De repente, levantó la vista y gritó:
—¡Señor! ¿Quiere un poco de mi café?
»Reconozco que no quería tomar de su taza de café. Pero sabía que lo correcto era aceptar su generosidad, y le dije:
—Sí. Tomaré un sorbo.
»Le devolví la taza y comenté:
—Es usted muy generoso; regalando su café. ¿Por qué razón está tan generoso hoy?
»El anciano marginado me miró a los ojos y respondió:
—El café está delicioso hoy, y pensé que si Dios te da algo bueno, ¡hay que compartirlo con alguien!
»Pensé: “Ay, me puso una trampa. Esto me va a costar cinco dólares”. Le pregunté:
—Supongo que, a cambio, habrá algo que pueda hacer por usted.
»El vagabundo respondió:
—Sí. ¡Me puede dar un abrazo! (Confieso que esperaba que me pidiera cinco dólares.)
»Nos abrazamos. Luego, de repente me di cuenta de algo. ¡No me soltaba! Las personas que pasaban por la acera me miraban fijamente. Llevaba ropa formal ¡y estaba abrazando a un vagabundo sucio, apestoso! Me dio vergüenza. No sabía qué hacer.
»Luego, poco a poco, mis emociones cambiaron. De vergüenza, pasé al asombro y luego a la reverencia. Escuché una voz que desde los corredores de los tiempos me decía: “Tuve hambre; ¿me diste alimento? Estuve desnudo; ¿me vestiste? Estuve enfermo; ¿me atendiste? Fui un vagabundo que se encontraba en la calle Chestnut; ¿me abrazaste? Si lo hiciste a uno de estos Mis hermanos más pequeños, a Mí lo hiciste.”»[1]
Al reflexionar en esta anécdota, me pregunté: «¿Tendría yo tanto amor?»
Sí, podría dar un folleto a alguien, darle algo de dinero, decirle unas palabras para infundirle ánimo. ¿Y si me encontrara en una situación que requiriera dar más de lo que normalmente daría, más de lo que acostumbro?
También me hizo pensar en los sacrificios que los cristianos activos han hecho por años, y que no han dejado de hacer, a fin de entregar el amor de Dios a los demás.
Cuando meditaba más en esa anécdota, caí en la cuenta de cuál es la clave: Si Dios te pide algo, Él te dará la gracia para hacerlo de todo corazón. Cuando damos atención y amor sin fingimiento a los demás, ya sea en un hogar para ancianos, una cárcel, un orfanato, una casucha en los barrios bajos, o en las calles, puede ser un sacrificio si lo vemos en el plano físico. No obstante, al concentrarnos en lo espiritual y en el impacto eterno del amor incondicional del Señor entregado a través de nosotros a quienes padecen necesidad, Su Espíritu nos obliga a ser el reflejo del Señor que Él sabe que es necesario. Incluso lo desagradable en lo físico se vuelve algo bello a medida que nos convertimos en un vínculo que une al Señor con quienes necesitan con urgencia un abrazode su Salvador.
¿Cuánto amor tengo? Casi nada, en comparación con el de Jesús, ¡estoy segura! Me parece que el Señor comprende de qué estamos hechos y el amor y fe que tenemos. Puede hacer que vayamos más allá de nuestro nivel de comodidad y también sabe de cuánto somos capaces. Si el Señor en concreto nos pone en una situación incómoda y nos hace ver claramente qué deberíamos hacer, entonces nos dará el amor o la gracia para obedecerlo.
No siempre es una situación poco común, como la de esta anécdota. En algunos casos, será simple cortesía. Una vez, cometí un error por no aceptar unas papas fritas de una bolsa que me ofrecía una persona, pues era un gesto de amabilidad de esa persona que me las ofrecía. Me sentí mal después y me prometí que trataría de aceptar lo que se me ofreciera, aunque no me apeteciera o fuera algo que no comiera con frecuencia. ¿Comería del plato de alguien o bebería de su taza? Es probable que en circunstancias normales no lo hiciera. Sin embargo, si el Señor me dejara ver con claridad que era importante, entonces espero que sí lo haría.
¿Daría un abrazo sincero a un mendigo? Espero que sí, si el Señor me indicara que era eso lo que Él quería que hiciera. Me doy cuenta de que lo que para una persona es un sacrificio, tal vez para otra no lo sea. Tal vez a alguien le sería más fácil obsequiar el poco dinero que tiene para ayudar a otra persona que darle un abrazo. Para otra persona, es posible que fuera más fácil dar un abrazo. O bien, es posible que a una persona le resulte más fácil dar abnegadamente de su tiempo limitado, y se siente a conversar con alguien, de lo que sería entregar de sus escasos fondos.
¿Podemos pedir al Señor que nos dé suficiente amor, de modo que cuando enfrentemos alguna situación, sea la que sea, nos esforcemos al máximo a fin de responder como lo haría Jesús? Ya sea que el sacrificio sea grande o pequeño, podemos encarnar a Jesús para alguien, no solo por medio del apacentamiento espiritual, sino también con nuestros actos, y reconocer que lo que hacemos es para Jesús. «En cuanto lo hicisteis a uno de estos Mis hermanos más pequeños, a Mí lo hicisteis»[2].

[1] Tomado de Let Me Tell You A Story, Tony Campolo (Thomas Nelson, 2000).
[2] Mateo 25:40.




Oración para hoy:
Gracias por la eficacia de la oración. Te agradezco que pueda acudir a Ti en todo problema y situación que se presente con la plena confianza de que escucharás mis súplicas. Te agradezco también que pueda pedirte que cuides y protejas a mis padres, mis seres queridos, mis hijos, mis amigos y otras personas. Gracias, Señor, por concederme el don de ayudar a los demás por medio de la oración.
Te agradezco que veles por mí, me guardes y me guíes. Te agradezco que Tus ángeles custodios me protejan y me defiendan. Sé que a veces me proteges de tal manera que ni me entero de ello. Hay cosas que no llegan a suceder porque Tú las previenes. Te agradezco que me protejas y me guardes de muy diversos modos.
Gracias por ampararme. Tu dulzura y Tu misericordia significan tanto para mí. ¡Cuánto las aprecio! Gracias por el ejemplo que me has dado, por las respuestas a las incógnitas de la vida. Gracias por instruirme y por ayudarme a llevar una vida tan sana, feliz y maravillosa. ¡Cuántas bendiciones disfruto!




Gracias a Dios por el apoyo de Colgate Palmolive S.A. pudimos donar productos de limpieza para 80 niños de la comunidad de Lomas del Río - Pavas, en una actividad el día de hoy; en compañía de amigos voluntarios que llevan a cabo una labor social en ese sector.

¡Con mucho amor y oraciones!
Hugo y Elizabeth
Ministerio Luz Celestial, San José – Costa Rica
Teléfonos: (506) 88539162

viernes, 27 de septiembre de 2013

No cambies lo mejor por lo que es apenas bueno.

Muchas personas tratan de zafarse argumentando que toman lo que llaman «la segunda opción que les da Dios.» Huyen del máximo llamamiento de Dios porque no están dispuestas a pagar lo que cuesta.
¡No hablemos de la primera y la segunda opción que Dios ofrece! En la Voluntad de Dios, ¡la mejor opción es una sola, la mejor, la opción suprema, óptima, el «supremo llamamiento de Dios en Cristo»! (Filipenses3:14). Y si escoges una segunda opción, en realidad no es una segunda opción que Él te ofrece, sino lo que a ti te parece mejor.
¿Qué es el pecado? Es errar el blanco, no dar en el clavo, no acertar al centro preciso de Su Voluntad. Es no hacer lo más importante que Dios quiere que hagas. De modo que «despojémonos de todo peso y del pecado» (Hebreos12:1), de todo lo que nos impida cumplir con la mayor y más elevada voluntad de Dios, de todo lo que nos aleje del lugar donde Él sabe que seremos de mayor utilidad para Él y la mayor bendición para otros.

DECISIONES Y ELECCIONES
Reconócelo en todos tus caminos, y El enderezará tus veredas. (Pr. 3:6)
-         La mayoría de las grandes decisiones que he tomado como dirigente en mi vida fueron decisiones a solas entre Dios y yo.
-         No siempre tienes que contestar a la gente en el acto o tomar o una decisión inmediatamente. Si no sabes qué hacer, sé sincero y humilde y admítelo, di: «Lo siento, no lo sé.»
-         Debemos comprender que lo que sucede a nuestro alrededor escapa en gran medida a nuestro control, pero que la forma en que escogemos reaccionar a ello sí está dentro de nuestro control.
-         Si el aspecto espiritual está bien, todo lo demás también estará bien.
-         Cuando hayas tomado una decisión y la suerte esté echada, abandona las otras posibilidades.
-         La vida es un viaje en el que no podemos escoger ni el navío ni el tiempo, pero podemos hacer mucho en lo que respecta a la disposición de las velas y el gobierno del timón.
-         El comprometerse a hacer algo da tranquilidad.
-         Si eres hijo de Dios y le permites a El que escoja, El escogerá lo que más te conviene, lo que te hará feliz.
-         Dios no te obligará a hacer nada que no quieras hacer, ¡pero es posible que te mande un gran pesar por no haberlo hecho!
-         Dios te elige porque tú le eliges.
-         Dios deja que muchas cosas dependan de nosotros, conforme a nuestra fe; de si las queremos o no, de si las necesitamos o no, de si el Señor las necesita o no para Su Reino.
-         Si tú eliges al Señor y eliges servirle, ¡Dios elegirá a alguien para ayudarte!
-         Toda la vida es un continuo decidir.
-         Si todavía no estás seguro de si algo es la voluntad de Dios, lo mejor que puedes hacer es esperar en el Señor.
-         ¡Si algo glorifica a Dios, seguro que está bien!
-         Procura encontrar la voluntad de Dios para , aunque no sea la voluntad de Dios para nadie más.
-         ¡Lo que es bueno para uno no tiene por qué serlo para todos!
-         Es posible que Dios te deje escoger, pero como sólo Él sabe qué es lo mejor, ¡más vale que le preguntes para averiguar dónde quiere que estés!
-         El Señor quiere enseñarte a tomar decisiones, y uno de los principios más importantes para tomar decisiones es no ponerse a hablar, ¡sino a orar!
-         Si amas al Señor de todo corazón, tus deseos personales suelen ser buenos, porque sólo deseas complacerle.
-         En primer lugar, estamos aquí principalmente para aprender a tomar decisiones con la guía del Señor, y ha sido así desde el Huerto del Edén hasta ahora.
-         Cuando tienes que tomar una decisión y no la tomas, eso en sí ya es una decisión.
-         Hay ciertas cosas que Dios no puede hacer porque no quiere hacerlas, porque El mismo se ha fijado ciertas restricciones, se ha limitado a fin de no inmiscuirse en nuestra facultad de elegir, porque nosotros mismos tenemos que escoger y El no nos obliga a hacer Su voluntad.
-         ¡Cuando uno le presenta a una persona la verdad, provoca una crisis, y esa persona se ve obligada a tomar una decisión!
-         No hay nada que destroce y agote más que la indecisión.
-         ¡En cuanto tomes una decisión y empieces a obedecer, Dios hará el resto!
-         Hay personas que quieren que tú decidas por ellas para no tener que hacer el esfuerzo de orar y analizar seriamente la situación... ¡Sobre todo si más tarde podrían echarles en cara su decisión! ¡Pero ese es el precio que hay que pagar por tomar decisiones!
-         Conviene meditar largo tiempo lo que sólo se puede decidir una vez.
-         En toda época de prueba y de tribulación, cuando pasas por el tamiz, hay que tomar decisiones.
-         La indecisión es casi siempre el peor error en el que se puede incurrir.
-         Yo no me creo todo lo que oigo, ni hago caso de todo lo que oigo, pero por lo menos escucho. Lo peso y miro a ver si tiene algún valor, si es digno de atención.
-         A veces se puede llegar a una decisión por un sistema de eliminación, pesando todos los puntos a favor de una decisión y todos los que están en contra de ella, haciendo un balance tratando de tener en cuenta las ventajas y desventajas de determinada acción o plan.
-         Después de tomar una decisión, ora siempre diciendo: «Señor, si nos hemos equivocado, páranos los pies, por favor.»
-         ¿Qué es una decisión para un cristiano? ¿Qué es lo que trata de encontrar? ¡La Voluntad de Dios!
-         Cuando no tomamos las decisiones que nos corresponde tomar, es como si evadiéramos nuestro trabajo, nuestra responsabilidad y el motivo principal por el que Dios nos puso aquí, ¡que es tomar decisiones con la ayuda del Señor y Su guía!
-         El hombre fue creado y puesto aquí para escoger entre el bien y el mal, entre hacer el bien o el mal, entre servir a Dios o a sí mismo o al Diablo, y para conocer la conveniencia de servir a Dios; obteniendo la alegría, la felicidad y los placeres que proporciona el observar las reglas amorosas de Dios por su propio bien, y a cambio adorando y dando gracias a Dios por todo ello, como hijos agradecidos de nuestro Padre celestial.
-         Puede ser que tomar una decisión, aunque sea la equivocada, te proporcione un alivio temporal, ¡pero a la larga las vas a pagar!
-         Cuídate de sacar conclusiones precipitadamente. Eso significa llegar a la conclusión muy de prisa, antes de lo debido, y demasiado rápido, decidir algo de lo cual no estás aún convencido.
-         Por eso algunas personas quieren que tomes las decisiones en su lugar, para que no se les responsabilice a ellas. Quieren que cargues con la culpa en caso de que algo salga mal.
-         ¡No te precipites a hacer decisiones prematuras!
-         Probablemente la razón por la que el Señor no nos proporciona mucha información específica en cuanto a lo que va a acontecer ni cuándo va a acontecer es porque, después de todo, mucho depende de nosotros, de lo que hagamos y de cuán rápido terminemos la tarea, y de las decisiones y elecciones que hagamos.
-         No se puede predecir el futuro de forma dogmática cuando tanto depende de nosotros y de lo que hagamos y de cuán bien lo hagamos, ¡y aún de si lo hacemos o no!
-         El Señor ha prometido darnos señales. Mantente atento a las claves, las indicaciones, las pequeñas señales de los tiempos concernientes a los acontecimientos, como también a las señales en las personas, en sus vidas, en sus ideas, corazones, actos y reacciones, en su solicitud, fidelidad y lealtad.
-         Muchas veces no sabemos aún qué hacer exactamente porque no necesitamos saberlo.

-         DT.30:19 A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia.
-         SAL.27:11 Enséñame, oh Señor, tu camino, y guíame por senda de rectitud a causa de mis enemigos.
-         SAL.37:23 Por el Señor son ordenados los pasos del hombre, y Él aprueba su camino.
-         PR.19:21 Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; mas el consejo del Señor permanecerá.
-         PR.20:5 Como aguas profundas es el consejo en el corazón del hombre; mas el hombre entendido lo alcanzará.
-         PR.20:18 Los pensamientos con el consejo se ordenan; y con dirección sabia se hace la guerra.
-         PR.24:6 Porque con ingenio harás la guerra, y en la multitud de consejeros está la victoria.
-         PR.24:26 Besados serán los labios del que responde palabras rectas.
-         PR.27:9 El ungüento y el perfume alegran el corazón, y el cordial consejo del amigo, al hombre.
-         2CO.13:1 Por boca de dos o tres testigos se decidirá todo asunto.


Oración:
Señor, bendícenos y ayúdanos a todos a permanecer en el centro de Tu Voluntad. Haz que mantengamos con firmeza nuestras ideas, nuestro objetivo. No tenemos ni idea de la magnitud de Tu propósito, pero hemos acudido a Tu llamado, Señor. Ayúdanos a cumplir la mejor opción, la tuya, con la mayor dedicación, y nada menos. Amen



Hugo, con la Sra. Roxana, dándole una clase de la biblia y consejería.
Orotina - Alajuela

¡Con mucho amor y oraciones!
Hugo y Elizabeth
Ministerio Luz Celestial, San José – Costa Rica
Teléfonos: (506) 88539162

domingo, 22 de septiembre de 2013

¿ES POSIBLE DOMAR LA LENGUA?

¿Has cavilado alguna vez sobre la lengua? ¡Es realmente un miembro asombroso de nuestro cuerpo, a pesar de su reducido tamaño! Mide apenas entre ocho y diez centímetros de largo y unos cinco de ancho. ¡Es minúscula; y sin embargo, si la dejamos suelta, es capaz de causar estragos, de fastidiarnos el día y de echar a perder nuestra relación con los demás! ¡De todas las armas bélicas, hasta ahora la lengua ha sido la más destructiva! Me refiero a la lengua descontrolada, desamorada, amarga, que lanza críticas despiadadas y se ensaña con los semejantes.
Cuando se deja suelta una lengua mala, ¡todo el mundo sufre! Como dice la Biblia: "La lengua es un miembro pequeño del cuerpo, ¡pero qué gran daño puede hacer! Fíjate en el gran bosque que incendia una chispita. ¡Entre los miembros del cuerpo, la lengua también es una llama de fuego llena de malicia! Puede corromper a toda la persona e inflamar toda su vida; ¡y ella misma es inflamada por el Infierno!" (Santiago 3:5,6)
Por otra parte: "La lengua apacible es árbol de vida" (Proverbios 15:4). ¡Nuestra lengua puede hablar inspirada por el Cielo en vez de inflamada por el Infierno! ¡Si decimos palabras amorosas, sabias y alentadoras --las Palabras de Dios--, podemos consolar, fortalecer, alentar, inspirar y animar a los demás con nuestra lengua!
Salomón dijo: "La muerte y la vida están en poder de la lengua" (Proverbios 18:21). ¡Menuda afirmación! ¡Las palabras que pronunciamos con la lengua tienen verdadera fuerza! ¡Bendicen o maldicen, levantan por las nubes o dejan por los suelos, salvan o condenan!  ¡No es cierto aquel dicho de que "con piedras y palos gruesos me romperás los huesos, pero las palabras no me hieren"! En cierta ocasión, una chica llamada Jesse Pepper, de 18 años, fue declarada culpable de asesinato porque debido a los maliciosos chismes que divulgó sobre otra chica llamada Mary Ellen, ésta se suicidó, ¡de lo dolida y deprimida que se sintió! Lo llamaron "asesinato por chismorreo", ya que a causa de los chismes, Mary se quitó la vida.
Naturalmente que el anterior es un caso extremo; pero seamos francos, ¿es de veras tan extremo? ¿No has llegado alguna vez a sentirte tan deprimido y desanimado que tenías ganas de morirte, a raíz de unas palabras crueles y desamoradas pronunciadas por otra persona? ¡O tal vez hayas herido a alguien de esa forma! Debemos admitir que en una u otra ocasión, todos hemos pecado de crueles con nuestras palabras, más de una vez hemos ofendido a los demás con nuestra lengua... acaso sin intención, acaso con ánimo de bromear; pero así y todo tuvieron mal efecto y causaron una herida en un corazón ajeno.
¡Qué pena que a veces hiramos a alguien cuando tal vez ya está destrozado, o lleva una carga pesadísima sin nosotros tener ni idea! Quién sabe si en el preciso momento en que suspiraba por una palabra amorosa y alentadora, nosotros, en cambio, lo herimos profundamente con algún comentario mordaz, dejando una fea cicatriz en su corazón. Como dice este viejo poema:
"Si supiera yo que una palabra mía,
una palabra poco amable y veraz,
Podría dejar su huella
en el rostro de aquella
persona querida, no la hablaría,
¿Tú sí?

Si supiera que el veneno de una palabra
quedaría en el aire y marcaría
con una profunda y negra herida
el corazón de una persona querida,
no creo que diría esa palabra,
¿Tú sí?"
Pero lamentablemente, muchas veces es eso lo que hacemos; y lo cierto es que basta un comentario hecho sin pensar para que el día empiece a ir cuesta abajo, ¿no es cierto? Así las cosas, ¿qué podemos hacer para evitar esas palabras desconsideradas y antipáticas que tan fácilmente brotan de nuestros labios? ¿Qué podemos hacer para domar nuestra lengua? Por mucho que nos esforcemos, ¡por lo general no conseguimos gran cosa! La Biblia dice: "Toda naturaleza de bestias y de aves, de serpientes y de seres del mar, se doma y ha sido domada por los hombres. ¡Pero ningún hombre puede domar la lengua!" (Santiago 3:7,8) ¡El único capaz de domarla es Dios! Porque "para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible" (Mateo 19:26), ¡hasta controlar nuestra lengua! La única forma de domar la lengua es ésta: dejar que Dios nos transforme el corazón, "porque de la abundancia del corazón habla la boca" (Mateo 12:34). Si tenemos el corazón rebosante del Amor de Dios, las palabras que salgan de nuestra boca estarán llenas de amor, ternura y compasión, porque "¡Dios es amor!" (1Juan 4:8)
¡La única forma de transformar una lengua indomada es transformar el espíritu que la controla! Es imposible controlarla a voluntad. La única fuente verdadera de amor, amabilidad, bondad y dulzura es Jesús, y a medida que vamos dejando que Jesús domine nuestra vida, él se apodera también de nuestra lengua. ¡Al tener Su Espíritu en nosotros, éste nos inspira y hasta habla por medio de nosotros Sus maravillosas palabras de amor, luz y vida!
¿Eres fiel en leer y estudiar la Palabra de Dios? Si no lees Sus Palabras, ¿cómo van a permanecer en ti? ¿Dedicas tiempo a la oración, a amar a Jesús y esperar en Su presencia? Si no lo haces, ¡a tus palabras les faltará el poder, la inspiración y la vida que sólo él puede conceder! "Ciertamente espíritu hay en el hombre, y la inspiración del Omnipotente le hace que entienda" (Job 32:8). Si descuidas el tiempo que debes pasar con él, tus palabras sonarán poco sinceras, les faltará fuerza y estarán espiritualmente muertas. ¡O aún peor, serán cortantes, hirientes, antipáticas y frías, pues no procederán de un corazón sumiso que rebosa de Amor de Dios!
Es imposible que tu tono de voz manifieste amor y dulzura si no hay amor y dulzura en tu corazón. Tus palabras serán vacías, huecas, y la gente se dará cuenta. Jesús nos enseña que nuestras palabras revelan nuestro carácter, nuestro estado interior. ¡Y eso es muy cierto! Tus palabras reflejan cómo es tu corazón, en un sentido o en otro. Si tu alma es superficial, frívola, egocéntrica y mala, las palabras que broten de tus labios estarán impregnadas de todas esas características.
¡Mientras que si el Espíritu Santo es dueño de tu corazón, las palabras que hables serán claras y amables, y estarán llenas de amor y luz! No habrá engaño, fingimiento ni dobles sentidos. Tus palabras tendrán cierto atractivo, cierto magnetismo, un calor poco común que atraerá a los demás. Si arde en tu corazón la llama del amor de Jesús, no es necesario que te esfuerces para que tu voz suene cariñosa o simpática, ¡sino que te saldrá así espontáneamente! ¡Tus palabras tendrán una chispa divina de vida y un poder cuyo origen puede estar únicamente en lo más profundo del Espíritu Santo que mora en ti!
La Biblia dice: "El hombre se alegra al dar una respuesta acertada, y la palabra a su tiempo, ¡cuán buena es!" (Proverbios 15:23) Y "¡Manzana de oro con figura de plata es la palabra dicha como conviene!" (Proverbios 25:11) ¿Verdad que sería estupendo ser capaz de decir espontáneamente palabras amorosas que animen y ayuden a los que lo necesiten, justo en el momento oportuno y de la forma exacta que producirá un efecto duradero? ¿No te parecería sensacional ser capaz de decir palabras llenas de fe que brinden consuelo a los demás y queden grabadas de forma indeleble en su memoria, palabras que den buen fruto en abundancia en sus vidas? ¡Pues no tienes más que abrirle tu corazón a Jesús, someterte por completo a él y pedirle que entre en ti y te llene de Su Santo Espíritu de Amor!
A continuación, lee Su Palabra, la Biblia, ¡y esconde en lo más profundo de tu corazón las palabras más bellas, amorosas y profundas del mundo, para que de ahí rebosen sobre los demás! No cabe duda de que entonces hablarás con amor, porque "¡Dios es Amor!" (1Juan 4:8) "El que cree en Mí, ¡de lo más profundo de su ser correrán continuamente torrentes y ríos de agua viva!" (Juan 7:38) ¡Maravillosas palabras de vida y amor pronuncia la lengua de los que han entregado su corazón a Jesús! ¿Se lo has entregado ?

SABIDURIA Y PRUDENCIA AL HABLAR
Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. (Stg.1:5)
-         La sabiduría es el conocimiento a prueba puesto, es escoger lo mejor con discernimiento.
-         El principio de la sabiduría es el temor del Señor; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza. Pr. 1:7.
-         Porque el Señor da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. Pr.2:6.
-         El sabio corrige sus errores aprendiendo de los de los demás.
-         Un hombre bueno no vacila en admitir que ha estado equivocado. Se consuela sabiendo que hoy sabe más que ayer.
-         Jamás sabio alguno deseó ser más joven.
-         Cuando reconozco que he estado equivocado no hago otra cosa que decir que hoy sé más que ayer.
-         Es mejor entender un poco que entender mucho y mal.
-         He cometido equivocaciones, pero nunca cometí la de afirmar que nunca cometí ninguna.
-         "Eres sabio al ser sencillo."
-         Esperar es de sabios.
-         Para beneficiarse de un buen consejo hace falta más sabiduría que para darlo.
-         El sentido común no es tan común.
-         El conocimiento consiste en saber algo; la sabiduría en saber qué hacer con lo que se sabe.
-         El sabio queda ridículo si se junta con insensatos.
-         La sabiduría es humilde; no le gusta presumir ni dárselas de lista.
-         La mayor sabiduría es no preocuparse nunca por el futuro, sino resignarnos por completo a la Voluntad de Dios.
-         Lo prudente no quita lo valiente.
-         ¡Actualmente, en estos últimos días, si van a orar pidiendo un don, amados, pidan el de discernimiento!
-         ¡Cuanto más sé, más sé que no sé!
-         Un viejo búho se posó en una rama;
cuanto menos hablaba, más veía,
cuanto más veía, más oía.
¡Ojalá fuéramos todos como ese búho sabio!
-         El conocimiento no es nada sin el Espíritu.
-         ¡Tenemos a nuestra disposición la sabiduría de todas las épocas y sabios, de todos los reyes y profetas que han existido!
-         ¡Pídele a Dios que te ayude a saber cuándo reír y cuándo estar serio, y a distinguir entre un momento y otro!
-         ¡Usa la cabeza! ¡No la pierdas!
-         ¡En cualquier caso, pídele a Dios sabiduría! ¡La sabiduría es el arte de saber emplear el conocimiento de Dios y los datos de que dispones, saber emplear el conocimiento  que ya se tiene!
-         Al buen entendedor pocas palabras bastan; pero con los malos entendedores hay que ser más concreto.
-         Si mañana no sabes más que ayer, no eres muy sabio.
-         Mudar de opinión es de sabios; jamás de necios.
-         Los defectos ajenos sirven para que el sabio corrija los suyos.
-          El tacto es la habilidad de cerrar la boca antes de que nos lo pidan.
-         ¡Lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y la sabiduría de este mundo es insensatez para con El! (1Co.1:25; 3:19)
-         El temor del Señor es el principio de la sabiduría, y si comienzas a adquirir un poco de sabiduría, al final llegarás a ser listo y a amarlo. (Pr.9:10)
-         Yo no creo ni sigo todo lo que oigo, ¡pero al menos escucho! Procuro sopesarlo a ver si tiene algún mérito o valor.
-         ¡Hasta que se me demuestre que no es así, estoy dispuesto a aceptar la posibilidad de que tal vez sea así!
-         El que no sabe e ignora que no sabe es necio; ¡evítalo! El que no sabe y sabe que no sabe, es ignorante; ¡enséñale! El que sabe e ignora que sabe, está dormido: ¡despiértalo! El que sabe y sabe que sabe, es sabio; ¡síguelo!
-         De sabios es ser cariñoso, de sabios es ser amable, de sabios es ser considerado, de sabios es perdonar.
-         Ser sencillo es de sabios. La respuesta no está en adquirir conocimientos. La gente sería mucho más sabia si fuera sencilla. Para llegar a su corazón, el Señor tiene que sortear esos conocimientos.
-         Danos, Señor, sabiduría, y por encima de todo, amor. Tu amor es sabiduría, y nos lo das para que ayudemos a una pobrecita alma perdida que busca sinceramente.
-         ¿Qué es la sabiduría? Es saber emplear el conocimiento de Dios.
-         Sobre todas tus posesiones, adquiere sabiduría. Adquieras lo que adquieras, pídele a Dios sabiduría. (Pr. 4:7)
-         La mayoría de los dones menos llamativos son los que más necesitan los líderes: discernimiento, ciencia y sabiduría.

-         DEUT.32:7  Acuérdate de los tiempos antiguos, Considera los años de muchas generaciones; Pregunta a tu padre, y él te declarará.
-         1SAM.18:14 Y David se conducía prudentemente en todos sus asuntos, y el Señor estaba con él.
-         1SAM.18:30 Y salieron a campaña los príncipes de los filisteos; y cada vez que salían, David tenía más éxito que todos los siervos de Saúl, por lo cual se hizo de mucha estima su nombre.
-         1RE.4:29 Y Dios dio a Salomón sabiduría y prudencia muy grandes, y anchura de corazón como la arena que está a la orilla del mar.
-         JOB 16:5 Pero yo os alentaría con mis palabras, y la consolación de mis labios apaciguaría vuestro dolor.
-         JOB 28:28 Y dijo al hombre: He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, y el apartarse del mal, la inteligencia.
-         SAL.19:7b El testimonio del Señor es fiel, que hace sabio al sencillo.
-         SAL.111:10 El principio de la sabiduría es el temor del Señor; buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos; Su loor permanece para siempre.
-         SAL.119:73b Hazme entender, y aprenderé tus mandamientos.
-         SAL.119:98a, 99, 100 Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos, porque siempre están conmigo. Más que todos mis enseñadores he entendido, porque tus testimonios son mi meditación. Más que los viejos he entendido, porque he guardado tus mandamientos;
-         PRO.1:5 Oirá el sabio, y aumentará el saber, y el entendido adquirirá consejo,
-         PRO.1:7 El principio de la sabiduría es el temor del Señor; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.
-         1:7-7a El principio de la sabiduría es el temor del Señor; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza. Hijo mío, si recibieres mis palabras, y mis mandamientos guardares dentro de ti, Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; si inclinares tu corazón a la prudencia, Si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; Si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros, Entonces entenderás el temor del Señor, y hallarás el conocimiento de Dios. Porque el Señor da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. El provee de sana sabiduría a los rectos.
-         PRO.2:10,11 Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, y la ciencia fuere grata a tu alma, La discreción te guardará; te preservará la inteligencia.
-         PRO.3:13-17 Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, y que obtiene la inteligencia; Porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, y sus frutos más que el oro fino. Más preciosa es que las piedras preciosas; y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella. Largura de días está en su mano derecha; en su izquierda, riquezas y honra. Sus caminos son caminos deleitosos, y todas sus veredas paz.
-         PRO.4:5 Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides ni te apartes de las razones de mi boca;
-         PRO.4:7 Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia.
-         PRO.8:11,12 Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella. Yo, la sabiduría, habito con la cordura, y hallo la ciencia de los consejos.
-         PRO.8:35 Porque el que me halle, hallará la vida, y alcanzará el favor del Señor.
-         PRO.10:8 El sabio de corazón recibirá los mandamientos; mas el necio de labios caerá.
-         PRO.10:11 Manantial de vida es la boca del justo; pero violencia cubrirá la boca de los impíos.
-         PRO.10:31,32 La boca del justo producirá sabiduría; mas la lengua perversa será cortada. Los labios del justo saben hablar lo que agrada; mas la boca de los impíos habla perversidades.
-         PRO.11:12 El que carece de entendimiento menosprecia a su prójimo; mas el hombre prudente calla.
-         PRO.12:19 El labio veraz permanecerá para siempre; mas la lengua mentirosa sólo por un momento.
-         PRO.15:31 El oído que escucha las amonestaciones de la vida, entre los sabios morará.
-         PRO.16:13 Los labios justos son el contentamiento de los reyes, y éstos aman al que habla lo recto.
-         PRO.16:16 Mejor es adquirir sabiduría que oro preciado; y adquirir inteligencia vale más que la plata.
-         PRO.16:20a El entendido en la palabra hallará el bien.
-         PRO.17:24 En el rostro del entendido aparece la sabiduría; mas los ojos del necio vagan hasta el extremo de la tierra.
-         PRO.19:8 El que posee entendimiento ama su alma; el que guarda la inteligencia hallará el bien.
-         PRO.19:20 Escucha el consejo, y recibe la corrección, para que seas sabio en tu vejez.
-         PRO.24:3 Con sabiduría se edificará la casa, y con prudencia se afirmará.
-         PRO.25:11 Manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha como conviene.
-         PRO.27:12 El avisado ve el mal y se esconde; mas los simples pasan y llevan el daño.
-         PRO.28:5 Los hombres malos no entienden el juicio; mas los que buscan al Señor entienden todas las cosas.
-         ECL.7:12 Porque escudo es la ciencia, y escudo es el dinero; mas la sabiduría excede, en que da vida a sus poseedores.
-         ECL.9:16-18 Entonces dije yo: Mejor es la sabiduría que la fuerza, aunque la ciencia del pobre sea menospreciada, y no sean escuchadas sus palabras. Las palabras del sabio escuchadas en quietud, son mejores que el clamor del señor entre los necios. Mejor es la sabiduría que las armas de guerra; pero un pecador destruye mucho bien.
-         DAN.1:17a, 20 A estos cuatro muchachos Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias. En todo asunto de sabiduría e inteligencia que el rey les consultó, los halló diez veces mejores que todos los magos y astrólogos que había en todo su reino.
-         DAN.2:23a A ti, oh Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado sabiduría y fuerza.
-         AMÓS.5:13 Por tanto, el prudente en tal tiempo calla, porque el tiempo es malo.
-         LUC.21:15 Porque Yo os daré palabra y sabiduría, la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se opongan.
-         HCH.6:10 Pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba.
-         ROM.16:19b Porque vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos, así que me gozo de vosotros; pero quiero que seáis sabios para el bien, e ingenuos para el mal.
-         1COR.12:8 Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu;
-         1COR.14:20 Hermanos, no seáis niños en el modo de pensar, sino sed niños en la malicia, pero maduros en el modo de pensar.
-         EFE.1:17 Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de Él,
-         COL.2:2b, 3 Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.
-         COL.4:6 Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.
-         2TIM.2:7 Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo.
-         STG.1:5 Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.
-         STG.3:13 ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.
-         STG.3:17 Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.
-         1PE.2:1 Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones,
-         AP.14:5 Y en sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin mancha delante del trono de Dios.

Oración:

Danos, Señor, mucho amor, mucha sabiduría y mucha paciencia, y haz que sepamos salir y volver con prudencia ante los demás, y que seamos un buen testimonio y testigos de tu amor en todo momento del día. Danos, Señor, sabiduría a todos, guarda las lenguas de cada uno de nosotros para que sepamos qué decir. Ayúdanos a buscar tu rostro, tu Espíritu Santo, tus Palabras, para decir lo que debemos, en nuestros comentarios y hasta en las más mínimas sugerencias, a fin de que no hablemos apoyándonos en nuestra propia prudencia  ni nuestra boca, sino con tu sabiduría, Señor. Danos, Señor, mucha sabiduría, humildad y amor, pues estas tres cosas son lo mismo, prácticamente sinónimas, sabiduría, humildad y amor; pero la mayor de ellas es el amor. En el nombre de Jesús. Amen.


 Hugo en una de las clases semanales con nuestros amigos.
 Hugo, testificando a Jésica con la Revista Conéctate y dándole consejería.
Ciudad Colón.


¡Con mucho amor y oraciones!
Hugo y Elizabeth
Ministerio Luz Celestial, San José – Costa Rica
Teléfonos: (506) 88539162